Muchos países crean conflictos que afectan el orden mundial, pero ninguno ha sido censurado como Israel.
Este minúsculo país enclavado en el
Oriente Medio, es el blanco de todas las críticas a
nivel mundial.
Cuba lleva muchísimos años de dictadura y jamás he visto una marcha
internacional protestando por ese motivo.
Recuerdo muchas veces, todavía en mi adolescencia, que se
hacían paquetes para enviar ayuda a algunas familias de amigos, gente que todavía habitaba la
isla.
A Rusia, también mi familia enviaba ropa para los familiares que no pudieron salir en la
época de la Guerra Mundial, y nunca escuché de una marcha en contra del gobierno ruso. En países
como Venezuela, hay descontento, pero nadie sale con banderas a marchar por los derechos de los venezolanos que
han caminado las fronteras para asilarse en países vecinos. No se ven marchas de los Lgtb, ni de
estudiantes universitarios. Hay cacerolazos y protestas internas, pero nadie ajeno a los directamente afectados,
protesta en su nombre. En Argentina en la plaza de mayo, marchaban las madres y las abuelas, pero en los demás
países no se veían marchas de protesta. Incluso en la guerra de Las Malvinas, se hablaba del
conflicto territorial entre Inglaterra y Argentina, pero en las calles de otros países no se oía
gritar abajo los argentinos o fuera los ingleses.
En Uriguay sucedía igual con los
Tupamaros,
en España con la Eta, en Perú con Sendero Luminoso, en El Salvador durante su crisis o en Colombia
donde nací, y en muchos otros países donde han habido problemas internos y cada uno marcha por su
causa.
Por qué con la pandemia nadie habló mal de los chinos, ni
los atacaron por haber
dejado escapar un virus de un tubo de ensayo, y pusieron en ascuas a media humanidad. Nos encerraron por largos
períodos, afectaron la economía mundial, teniendo un impacto negativo en la salud de los
habitantes de este mundo. Pareciera como si se hubiera creado para “limpiar” el planeta y acabar con
un porcentaje de la población. Murió mucha gente a causa de esta pandemia. Los hospitales se
llenaron y las calles se desocuparon. Quebraron cientos de negocios, pues la gente no salía de sus casas
y el consumo se redujo al mínimo. Se afectó el turismo y todas las entidades que prestaban algún
servicio. Se aumentaron las compras por internet y se implementó el trabajo desde el hogar.
Yo en lo
personal no quería volver a comer wan tong, ni arroz chino.
Recuerdo que en Bogotá había
un contrato para la construcción del
metro y debían llegar una cantidad de chinos que estaban
contratados para la obra. Yo respire tranquila cuando les cancelaron el contrato, pues no me imaginaba a los
chinos repartiendo el virus en las calles bogotanos.
Hay episodios que han partido la historia en dos. Es
así como hablamos de la era AC, antes de Cristo y después de Cristo para referirse a muchos
episodios. Son fechas que han marcado periodos históricos. Tristemente hablamos ahora de antes del primer
Holocausto, (pues el segundo lo vivimos el 7 de octubre), antes de las Torres gemelas y después de las
Torres gemelas. Fue un acto cobarde haber matado tanta gente para demostrar poderío. Un acto criminal que
fue condenado por medio mundo. Nadie aplaudió a Osama Bin Laden y al contrario fue perseguido hasta que
lo encontraron y acabaron con él. Uno que otro gobernante emitió juicios morales de que debían
haberlo condenado o ajusticiado y no matado, pero esas opiniones no trascendieron y en últimas, el
mundo
estuvo de acuerdo en que se hiciera justicia.
Después la vida se partió en antes de la
pandemia y en después. Fue una época que nos marcó y pensábamos que no iba a
terminar. Pensábamos que no podía haber nada peor y vino el 7 de octubre.
Ahora la historia
se divide entre antes del 7 de octubre y esperamos que la segunda parte tenga un mejor final, después de
que Israel terminó con varios de los terroristas más peligrosos que amenazaban la paz mundial.
En todo caso la pandemia, que tuvo un solo culpable y fueron los chinos, nadie los mató, los
persiguió, ni los condenó. Al contrario, los chinos siguieron viajando por el mundo como si nada
hubieran hecho al soltar ese maldito virus del laboratorio. El mundo lo aceptó, pero a Israel, que está
tratando de acabar con esta pandemia que son los grupos terroristas que amenazan la paz y la tranquilidad
mundial, todos opinan, critican y atacan al pueblo judío. Marchan los Lgtb, los profesores y alumnos de
las universidades gringas, en Europa atacan sinagogas y agreden a judíos y tienen el apoyo del papa, de
la ONU y de muchos gobernantes que creen que el culpable de esta crisis es Israel.
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